Una ciudad Bohemia llamada Valparaíso


Continuo mi viaje por la extensa cordillera de los andes, me retiro de la maravillosa región del Maule para dirigirme al norte chileno. Pero antes de llegar a mi destino final hago una escala casi obligada en la 5° región de Chile, la región de Valparaíso. Llego ahí porque arrieros del camino me recomendaron conocer aquello con lo que Neruda se inspiraba para crear tan exquisitos versos. Antes de llegar a la ciudad Bohemia de Valparaíso, visito la casa de Neruda en Isla Negra. Con razón Neruda escribía esos maravillosos poemas, los que conocen esta casa me entenderán y los que no deben en algún momento de su vida conocerla. Solo les puedo decir que es una joya bañada por el océano pacifico y un museo en carne viva. Algo que me sorprendió fue toparme con una exquisita gastronomía y sobre todo con un trago digno del lugar. El Pisco Sour Nerudiano es simplemente la mejor interpretación de una bebida hecha coctel, con ese increíble color azul turquesa que proyecta el color de las olas al romper en las imponentes rocas de la costa chilena. Su sabor no se queda atrás, con la combinación justa de acides y dulzor que deleita el paladar más exigente (el del mismo dios Bacco). Sigo conociendo esta bebida llamada Pisco y sigue maravillándome cada vez más. Pero antes de continuar con el relato debo hacer un paréntesis, debo mencionar, que como era de esperarse en este lugar personas de diferentes nacionalidades se reúnen para conocer más de la vida de Neruda y cuál fue mi sorpresa al escuchar a un grupo de mexicanos hablar de esa misteriosa bebida mexicana llamada Sotol, la cual sin duda tendré que ir a conocer. Volviendo a la excitante región de Valparaíso llego a la ciudad con el mismo nombre, donde su geográfica quebrada y en desniveles me sorprende, me motiva a perderme entre sus calles y callejones, me inspira para recorrerla y conocer más de esta ciudad donde se respira bohemia. Recorro el impresionante puerto y cerros de Valparaíso. Arquitecturas, una hecha por el hombre y otra hecha por la naturaleza, que sin duda son dignas de conocer.  Valparaíso de noche se vuelve una sola fiesta con bares, pubs y restaurantes sirviendo todo tipo de tragos, pero siempre dando preferencia a los vinos y pisco chilenos. Me tomo más de un pisco sour y más de una piscola ya sea con Pisco Capel o Mistral ambas casas productoras saben lo que hacen y son de los mayores productores de pisco de Chile. Valparaíso me enamora y a la vez me intriga, escucho música por todos lados (Jazz, Blues, Rock, Cueca, etc), veo increíbles expresiones de arte urbano, su gente luce tan relajada y llena de vida, pero al mismo tiempo se respira cierta nostalgia de tiempos pasados, quedan aún cicatrices de épocas difíciles y se siente ciertos aires de protesta. Sin duda alguna Valparaíso es una ciudad que se tiene que vivir para entender el sentir Chileno. Quisiera quedarme más tiempo en esta ciudad para conocer más de su cultura, de su gente y de su vida diaria. Pero tengo que partir a mi destino final “El Valle del Elqui” a conocer dónde y cómo nace ese elixir llamado Pisco.












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