Llego
al norte de Chile, me encuentro entre majestuosas montañas que dan
forma a una gran cordillera, pero justo en medio de estas imponentes
formaciones se despliega una geografía única y espectacular, el conocido Valle
del Elqui, conformado por varias localidades que en conjunto muestran una
belleza de contrastes, de montañas y planicies, de desierto y enormes parcelas
de cultivos, de verde y amarillo.
Pero
además de querer conocer este hermoso y místico lugar, mi mayor motivación por
el cual estoy aquí ,es el de conocer el origen de esa asombrosa bebida llamada
Pisco. Durante mi recorrido por los estrechos caminos de esta región un
lugareño me cuenta la historia de esta bebida, la cual sin duda compartiré con
ustedes.
Como
todo producto proveniente del cultivo agrícola, el Pisco nació de las
condiciones climáticas propias de la región, qué se caracterizan por ser secas y
de alta luminosidad, las cuales maduraban las uvas con altas concentraciones de
azúcar y producían vinos con un sabor dulce y de alta graduación alcohólica,
estas caracteristicas no favorecían a la producción de vinos apreciados, por lo
tanto los viñateros decidieron destilar parte de la producción para crear
aguardiente y poder agregarlo a los vinos que ellos denominaban "vinos
flojos". Este aguardiente tenía un seductor aroma y aunado a su grado alcohólico
empezó a tener gran aceptación entre los mineros y obreros de la época. Esta
bebida al ser tan apreciada llego a decretarse como un bien de primera necesidad, como se
menciona en un Decreto del Cabildo de la Serena con fecha de noviembre de 1678,
donde se le fijaba un precio de 4 reales al cuartillo de aguardiente. Esta
bebida tuvo tanto éxito que se empezó a enviar en lomo de mula hacia la
capital ,Santiago, y poco después se logró enviar desde el puerto de Copiapo a el
Reino de España. La historia de su nombre no es del todo clara, pero según
historiadores se han encontrado documentos, como un testamento de mediados de
1700 donde se menciona como herencia botijas de Pisco. Esto nace de la manera de transportarlo puesto que a las vasijas ellas de cuero de cabra le llamban botijas o pisquillas, por lo tanto, se cree que entre la sociedad colonial Chilena, al aguardiente
derivado de uva, le comenzaron a llamar simplemente Pisco.
Pues
a pesar de que no es del todo clara su historia y su procedencia, me da gusto
que la tradición de elaborar este aguardiente a base de uvas de esta región
siga perdurando y aun mejor tenga un crecimiento exponencial. El Pisco es una
bebida digna de ser probada y conocida en cada rincón del mundo.
Continuando
con mi exploración de este maravilloso valle, me encuentro con que no solo el
Pisco es un actor principal de las noches frías y estrelladas del Elqui, también
una sensación mística se respira en sus aires. Todas las poblaciones, todo
pequeño comercio, bar, restaurante emanan en si una magia, una energía y un espíritu
único y propio del lugar que invitan a probar todo tipo de bebidas espirituosas,
pero principalmente la que nace de estas tierras, el Pisco Chileno. Cabe
mencionar que no he visto noches más iluminadas que las que regala este valle, prácticamente
logras palpar la luz y energía de las estrellas y los astros. Para todos
aquellos que gustan de saber y conocer de astrología y astronomía, este es el
lugar al que sin duda deben venir. Se puede visitar varios observatorios astronómicos
donde conocerás y disfrutaras del universo y su inmensidad.
Por
supuesto nadie puede irse del valle sin visitar los lugares de donde nace el
pisco, las famosas pisqueras. Más que recomendables son “Tres Cruces”, pisquera
de las más antiguas que respeta la elaboración y tradición de esta bebida y la
sofisticada pisquera “ABA”.
Recorriendo
cada poblado me encuentro con algo digno de mencionar y resaltar. Estas tierras
que vieron nacer al pisco, también vieron nacer a la Premio Nobel de Literatura
la Maestra Gabriela Mistral. En este valle se encuentra la que fue su casa, su
escuela, sus calles, sus plazas y sin duda alguna su inspiración. Aquí podemos
encontrar su motivación a escribir y más a un a luchar por causas que más que
justificadas, necesitaban y aun necesitan ser luchada. Digno de reconocer el
esfuerzo y la aportación de esta gran mujer a la literatura, filosofía, sociología,
pedagogía, pero sobre todo a la sociedad y el desarrollo rural.
Sin
duda alguna el Valle del Elqui es un lugar que merece ser explorado, visitado y
disfrutado. Perderse entre sus planicies, entre las parras de uvas, recorrer
sus poblaciones, sentir a su gente y su mística y sobre todo probar su Pisco.
Es
por eso que no me queda más que decir "Salud" con un buen pisco en la
mano.
Comentarios
Publicar un comentario